Marketing relacional, una filosofía virtuosa para la dirección empresarial

Abstract

Los tiempos cambian, la competitividad aumenta y los intereses empresariales buscados se tornan más difíciles de gestionar, la incertidumbre se vuelve un factor constante al momento de tomar decisiones y la posible aparición de crisis impacta en el despliegue de las operaciones en los negocios. Dicha descripción puede sonar muy severa, sin embargo, ejemplifica de manera realista el panorama que los líderes organizacionales enfrentan día a día. Ante una situación empresarial tan complicada, las disciplinas empresariales se ven forzadas a adaptarse y evolucionar conforme lo hace el mercado, además, los nuevos enfoques contribuyen a esclarecer la importancia de muchos aspectos dejados de lado al momento de dirigir una empresa. Unas de esas tantas claves son abordadas en el siguiente ensayo, que explica la importancia del liderazgo y del actuar ético; todo ello bajo la nueva mirada del marketing relacional. Resulta trascendente, entonces, comprender el verdadero rol de un líder, para no reducir sus funciones en una simple representatividad o vigilancia de las actividades empresariales, sino para comprender que la dirección virtuosa puede ser aquello que marca la diferencia entre el éxito o el fracaso de las empresas. Bajo dicha explicación, se aborda el liderazgo como el proceso que encamina las actividades de los grupos de interés hacia la obtención de un mismo objetivo valioso para todos, esto permitirá alcanzar una sostenibilidad de largo plazo e impactar directamente en el progreso de la sociedad. Dicho liderazgo se debe definir bajo ciertos parámetros, pues, según Serrano (2017) las aptitudes directivas funcionan como una forma para afinar las habilidades y potenciar las labores profesionales; es decir, componen el eje central para fomentar el desarrollo personal y profesional de sus integrantes. Es por ello, que la dirección empresarial debe ser íntegra, entendida bajo una perspectiva de conocimientos técnicos que se asocian a la práctica de buenos hábitos, que conduzcan a las personas a mejorar, a optar por el bien y relacionarse con los demás respetando su dignidad, motivándolas e influenciándolas a que aporten con la adquisición de los objetivos organizacionales. Los temas que se proponen dentro de esta rama en el siguiente texto, abarcan distintos aspectos que pretenden mejorar y alargar la relación de la empresa con todos los involucrados; como el cuidar de la atención y el servicio ofrecidos, vigilar que los productos sean de calidad y del agrado de los clientes y asegurar que la comunicación sea fluida y bidireccional, para así escuchar y atender todas aquellas sugerencias que sirvan de avance y apoyo para un proceso de mejora continua. Finalmente, todo ello se enlaza con el marketing relacional, que se presenta como una filosofía potenciadora, capaz de generar ventajas competitivas, debido a que ofrece herramientas que mejoran la planificación estratégica, fortalece los lazos entre las partes involucradas y construye relaciones duraderas, con tratos justos, éticos y beneficiosos para todos.