La evolución del subdesarrollo en el Perú

Abstract

Según la dialéctica, tanto la materialista de Marx como la idealista de Hegel, todo está relacionado en el universo, no existe un hecho aislado. Cualquier fenómeno por más aislado que parezca tiene repercusión en otros. Este punto de vista filosófico ha sido corroborado por Einstein en su teoría de la relatividad al demostrar que toda acción tiene una relación directa con el universo aunque sus partículas separadas se hallen a miles de millones de años luz de nosotros. Nadie duda que nuestro mundo está interrelacionado y ahora más que nunca. El pueblo súbitamente lo ha expresado “Cuando E.E.U.U. estornuda a nosotros nos da “la pulmonía“, y esto es en parte verdad la otra parte es lo contrario; “cuando a nosotros nos da pulmonía ellos se resfrían“, ejemplo de esto tenemos en el caso de México, Brasil, Argentina, Polonia, etc. cuyas posibles moratorias amenazan convertirse en la más grande catástrofe financiera de todos los tiempos. Estas frases expresan lo que se llama la “interdependencia“. Es decir el desarrollo histórico de un país depende del desenvolvimiento del resto del mundo y viceversa, en mayor o menor grado según la estrechez de los vínculos que los une y de sus respectivos poderíos económicos, pero no hay hechos aislados. El mundo actual es completamente diferente del existente antes de este siglo, se dice que en estas últimas décadas la humanidad ha progresado más que en el resto de su historia. Estamos en la época espacial, atómica y de la cibernética. La situación mundial es completamente distinta en los diferentes aspectos de la actividad humana y, con cuánta mayor razón en la económica. Ya estamos en la etapa monopolista del capitalino, existe además otro mundo económico, el socialista. Lenin demostró, en su magistral trabajo sobre el imperialismo, que desde los últimos años del siglo pasado el mundo paso de la etapa de la libre concurrencia a la etapa monopolista. La etapa de la libre concurrencia del capitalismo estuvo caracterizada porque las potencias dominantes no tenían la suficiente fuerza conjunta como para dominar todo el mundo, en consecuencia había campo para el surgimiento de nuevas potencias, hacia finales del siglo pasado, como Estados Unidos y Japón. La etapa del capital monopolista por el contrario, es aquella en la que ya no hay mercados vírgenes por conquistar, todo ya está copado y las guerras mundiales no son otra cosa que un nuevo reparto del mundo originado por una nueva correlación de fuerzas entre los centros imperialistas. .Ahora bien, el desarrollo es en esencia industrialización, entonces un país industrializado es un país desarrollado y, a la inversa, país no industrializado es país subdesarrollado. Empero esta definición es incompleta y superficial pues no toma en cuenta el aspecto histórico y las relaciones entre estas dos clases de países. Las naciones hoy desarrolladas pudieron industrializarse gracias a que convirtieron en mercados para sus manufacturas y en fuentes aprovisionadoras de materias primas a las naciones no industrializadas, tomándolas dependientes y atrofiando sus aparatos productivos. En la etapa del capitalismo industrial surgen pues, el desarrollo y el sub desarrollo, el desarrollo de unos cuántos países implica el subdesarrollo de la gran mayoría. El desarrollo y el subdesarrollo son dos facetas de una misma realidad: el sistema capitalista mundial, son como las dos caras de una misma moneda. El impulso que mueve toda la economía dentro del sistema capitalista es la búsqueda incesante de la ganancia, esta pues en su naturaleza la existencia de explotados y explotadores, las relaciones entre países desarrollados y subdesarrollados son de explotación. La historia demuestra que el desarrollo de unos originó el subdesarrollo de otros, esta es la vía capitalista para alcanzar el desarrollo, ella es intransitable actualmente, pues para hacerlo se necesitaría subdesarrollar a otros, lo cual es imposible en la etapa la monopolista en que todo el mundo ya está repartido. La hipótesis central del presente trabajo es que el Perú no es un país en vías de desarrollo. Sino que todo lo contrario, se está tornando cada más dependiente del exterior.