El ejercicio de la defensa pública penal y el cumplimiento de la garantía constitucional del derecho de defensa en la dirección distrital de defensa pública de Ica

Abstract

El derecho de defensa es una garantía procesal amparado por el derecho internacional a través de la Declaración Americana de Derechos Humanos (art. 8.2), así como por nuestra legislación interna, a través del inciso 14) del artículo 139° de nuestra Constitución de 1993 y en el Código Procesal Penal en el artículo IX de su título preliminar. Tal es la importancia del derecho de defensa que diversos autores consideran que este debería integrar el grupo de derechos fundamentales enumerado en el artículo segundo de nuestra Carta Magna, con la finalidad de ampliar su aplicación no solo al ámbito judicial sino, por ejemplo, al campo administrativos. En esa línea, por ejemplo, el hecho de no contar con recursos suficientes o encontrarse en estado de vulnerabilidad, no serán razones para que la persona permanezca en indefensión ante un proceso o procedimiento. Es por ello que el Estado, cumpliendo su rol tuitivo, posibilita que las personas puedan ejercitar su defensa a través de los llamado defensores de oficio, representados a través de la llamada defensa pública, cuyo marco legal se encuentra contenido en la ley N° 29360 y su reglamento (Decreto Supremo N° 013-2009-JUS). En el caso particular de la defensa penal, esta toma particular importancia en la medida de que, por su intermedio, se atienden los casos de personas en calidad de investigado, procesado o acusado, ya sea que se encuentre en libertad o con prisión determinada por la autoridad judicial. Es por las consideraciones antes expuestas, tanto desde el punto de vista teórico, así como por la data presentada, que consideramos relevante conocer como se viene garantizando el derecho de defensa de los imputados por determinado delito, a través del ejercicio de la defensa pública penal, para lo cual nos centraremos en la labor de la dirección distrital de Ica, específicamente en su sede central, la cual será nuestra realidad concreta sobre la que llevaremos adelante nuestra investigación.